El Apóstol Santiago

Es curioso contemplar, tanto en la distancia como de forma presencial, la magia de la figura del Apóstol Santiago a todos los efectos y la movilización de masas por un objetivo común, encontrarse con Él. Los dos años de pandemia y los dispositivos COVID implantados provocaron un fuerte dispositivo de barrera y límites que ya empezó a desbloquearse en los últimos meses del año pasado, pero que es realmente en este año cuando la avalancha y aglomeración en torno a la figura del Apóstol ha vuelto a renacer y a resurgir, sin duda, todavía más intensa, siendo un absoluto acierto declarar dos años de Jubileo completos, dando la oportunidad a miles de visitantes y peregrinos para ejercitar su fe y sus objetivos, cada uno a nivel personal.

Mi vinculación con el Apóstol se remonta a mi nacimiento y a mis raíces, pero es, sin duda, en esta última década cuando he reforzado mis encuentros y mis ratos de oración en su presencia y cuando realmente he descubierto la magia y la gran fuerza que me transmite y su gran intercesión.

La fe mueve montañas y mueve el mundo entero, siempre desde el respeto y desde la necesidad de llegar a entender a cada persona y a cada peregrino. Desde el respeto a los demás y desde la objetividad podremos siempre llegar a entender las necesidades personales de cada uno y lo que mueve a cada una de las personas que se trasladan a Santiago como cuna apostólica y todo lo que ello conlleva.

Para mí es un reforzamiento y una ayuda sin límites ante la necesidad imperante de paz y de esperanza que necesitamos ante las situaciones actuales que nos están tocando vivir y ante el estrés y ritmo vertiginoso con todas las situaciones que se nos plantean a diario. Una ayuda inmensa y una sensación de absoluta confortabilidad.

En estos últimos días, a mi paso por Santiago de Compostela, como viene siendo habitual ya desde hace años asistiendo en calidad de Comendadora de La Orden de Santiago en Andalucía a los actos organizados por La Orden celebrando el XXVI Capitulo Extraordinario de la misma y con números representantes y asistentes de más de 26 países del mundo, ha sido emocionante contemplar en primer plano la gran cantidad de peregrinos y la gran afluencia de personas llegadas de todo el mundo para visitar la ciudad del Camino, la ciudad de la peregrinación, la ciudad que es el punto de llegada al reencuentro con el Apóstol y la culminación a una peregrinación dura pero gratificante y que colma de alegrías y muchas emociones, a pesar del gran esfuerzo del camino y de las dificultades que se plantean. Santiago es plenitud, es magia, es encuentro, es alegría, es fervor y es culminación. Es, sobre todo, el encuentro con lo divino en lo humano, se respira un ambiente de plenitud y de entusiasmo absoluto contemplando la majestuosidad de La Catedral a los pies de La Plaza del Obradoiro, una de las mejores puestas en escena del mundo y sabiendo que en el interior de esta encontraremos la gracia y la fuerza necesarias para continuar el camino. Cada peregrino y cada uno de nosotros tenemos nuestro Camino y su forma de proyectar y vivir su Fe y sus diferentes interpretaciones, de ahí la gracia y la universalidad de la Fe y todo lo que se mueve en torno a ella.

Es absolutamente recomendable el poder transmitir con ilusión y devoción estas sensaciones y emociones vividas y trasladar desde la más humilde opinión la necesidad de estas vivencias y esfuerzos para que sean muchas personas las que puedan llegar a entender el verdadero sentido del peregrinar y del Camino y el gran referente del Apóstol Santiago como una de las máximas de la Palabra y los Hechos de Jesús en la tierra y después a través de la intercesión de sus Apóstoles y representantes.

Que el Apóstol os ilumine siempre y os proteja.

Y para las personas que no conocen su figura en profundidad os invito a conocerla porque realmente vale la pena.

¡Haciendo Camino al andar!

 

ANA DE LA PEÑA FERNÁNDEZ-GARNELO

Dama de la Orden del Camino de Santiago
Comendadora de la Orden del Camino en Andalucía
“Haciendo Camino Al Andar”