El Camino, la mejor alternativa y referente para retomar la normalidad

El Camino de Santiago se ha convertido con el paso de las décadas en el punto de mira turístico de muchísimas personas que tienen cada año como principal objetivo hacer el Camino y darle prioridad dentro de su listado de experiencias. Es de las mejores opciones turísticas que tenemos, donde la conjunción de cultura, historia y espiritualidad se unen creando un escenario de absoluta paz, armonía y sentimientos encontrados. La mayoría de los caminantes se encuentran con ellos mismos en esa búsqueda constante de reforzar su personalidad y dar respuesta a todas las situaciones que se les van planteando.
El fenómeno de las peregrinaciones pronto se convirtió en verdadera columna vertebral de Europa y es Santiago de Compostela, junto con Roma y Jerusalén, el gran centro de peregrinación del mundo. El Camino de Santiago es Patrimonio de La Humanidad, concretamente en tres de sus rutas: el Camino francés y los Caminos Primitivo y del Norte. Es una vía de difusión, una autovía del conocimiento, que se ha convertido en un ente difusor de los grandes movimientos culturales y artísticos que iban surgiendo en Europa. Unas señas de identidad labradas en un espacio común, cargado de memoria y surcado por una red de rutas jacobeas que sirve para la comunicación y el intercambio, así como para el flujo de ideas, formas y proyectos.
Un gran viaje colectivo por la historia y la cultura, surgido de la fuerza de la devoción y de las creencias espirituales, que, a su vez, ha generado durante siglos una serie de formas culturales propias, enraizadas en la tradición occidental, que sirven en nuestros días de inspiración y memoria. Todo envuelto en una conjunción de sacrificio y recompensa que transforma a quien lo experimenta al menos una vez en la vida.
Desde mi humilde experiencia hay un antes y un después del Camino; el Camino te cambia, del Camino no vuelves igual y el Camino te ayuda a encontrarte contigo mismo. La auténtica conexión espiritual favorece el desarrollo personal, un camino espiritual e interior, que es personal y único. El emprender la ruta a la tumba del Apóstol significa perseguir un reencuentro con la Fe pero también con espíritu de búsqueda o de viaje interior. En una sociedad que te arrastra y te absorbe, el Camino de Santiago te permite parar y tomar conciencia de ti mismo.
La reflexión, la amistad, la solidaridad, la reflexión, la comunión con la naturaleza o la soledad son algunas de las sensaciones que permiten a todo peregrino esa conexión espiritual. No se pierde el sentido que desde La Edad Media ha tenido la peregrinación a Santiago: conversión, cambio de vida y replanteamiento de la propia existencia.
Desde mi punto de vista y reflexión personal, el Camino te permite despojarte de todo y buscar las respuestas que necesitas.
Y, por último, es el Camino de Santiago un foco de interés internacional en todos los sentidos. Miles de peregrinos atraídos por la proyección cultural de una tradición milenaria con proyección global. Es en la década de los 90 cuando el Camino experimenta un renacer absoluto, unido a la recuperación de un gran número de rutas históricas desde diferentes puntos de la geografía nacional e internacional, gracias a las asociaciones de voluntarios que están haciendo una labor encomiable.
Es Santiago de Compostela el final del Camino, el punto final a una experiencia maravillosa y llena de contenido, donde se recorren lugares maravillosos llenos de sentido y sensibilidad con sus correspondientes paradas y numerosos encuentros con personas venidas de todos los lugares del mundo que refuerzan todavía más los valores de solidaridad compañerismo y Fe.
Nos encontramos a pocos días de la celebración del XXIV CAPÍTULO GENERAL 2020, donde la Orden del Camino de Santiago volverá, una vez más, a reforzar el verdadero sentido del mismo y donde creceremos de nuevo tanto en número de damas y caballeros que se unen a esta proyección mundial apasionante de llevar el Camino por todo el mundo, como espiritualmente, encontrándonos de nuevo movidos por nuestra Fe a través del Apóstol y acercándonos a Dios en toda su esencia.

 

ANA DE LA PEÑA FERNÁNDEZ-GARNELO

Dama de La Orden del Camino de Santiago
Comendadora de La Orden del Camino en Andalucía
“Haciendo camino al andar”