La magia de la Navidad

Quizás será ésta la Navidad más diferente y señalada que podamos vivir en nuestras vidas o en muchos años… nos reconforta mirar hacia atrás y alimentar nuestra alma de buenos recuerdos, pero, sin duda, también nos alimentamos con la ilusión y la esperanza, ambas absolutamente necesarias en los tiempos que corren. Nos da la vida pensar y organizar el futuro inmediato y las fechas tan entrañables y los mejores encuentros familiares del año bajo el prisma de la paz, la solidaridad, el amor, el cariño y la unión.

La unión hace la fuerza y reconforta, caminando juntos se hace el camino más fácil y menos complicado. Y, a pesar de las adversidades, y, a pesar de las duras circunstancias que nos están tocando vivir y que han marcado para siempre a muchísimas familias que han sufrido la pérdida de un ser querido o una situación absolutamente angustiosa y tremenda, siempre tenemos y tendremos la capacidad de avanzar y salir hacia delante, ilusionarnos y preparar el futuro inmediato. Y tenemos capacidad de adaptación absoluta para todo y a esta nueva situación nos hemos adaptado y nos seguiremos adaptando, pero jamás dejaremos atrás nuestras ilusiones y los momentos más señalados y nuestras tradiciones que forman parte de nuestra cultura, de nuestra vida de forma completa.

Y de ahí la magia de la Navidad, siempre presente, nos envuelve de tal forma que hasta muchas veces logra hacernos olvidar las cosas negativas, y nos centramos en ella, digna, poderosa, entrañable, llena de colorido, llena de ilusión, llena de sorpresas, comidas, encuentros, villancicos, belenes, árboles, luces, familia, amigos, detalles, regalos, y lo más importante, sobre todo, para los que tenemos FE, el espíritu del Nacimiento de Jesús, que ilumina nuestras vidas y viene para salvarnos e iluminarnos llenando nuestras casas y nuestros espacios de valores y de mensajes para un año más crecer, y no crecer en centímetros ni metros, crecer por dentro y transmitir a los demás con fuerza, ilusión y esperanza que el mundo no se puede parar y que hacer siempre el bien forma parte sin duda de esta magia de la Navidad que debe ampararnos todo el año.

Y a pesar de las circunstancias, las restricciones, la adaptación a las nuevas normas y el cumplimiento de las mismas, son las fiestas navideñas un buen momento para reflexionar y parar, para llenarnos de paz en nuestros hogares y para iluminarlos de cosas buenas con un sentimiento de absoluto agradecimiento de poder vivirlas y estar un año más; un año más unidos, a pesar de que tengamos que mantener las distancias, unidos por la fuerza del amor y la esperanza, unidos con alegría a pesar de no haber besos, abrazos o demasiadas muestras físicas de cariño, y siendo conscientes que, a pesar de la distancia y de las circunstancias, la magia de la Navidad es perenne y permanecerá siempre entre nosotros.

Y que el Nacimiento del Niño Jesús nos ilumine y ayude a cesar esta pandemia que tantas y tantas vidas se ha llevado y que tantas situaciones de tristeza y angustia ha creado, de ahí una vez más la magia de la Navidad, que ayudará a mejorar la situación y que podamos controlar cada vez con más fuerza este virus.
¡Feliz Navidad 2020 y que el Niño Jesús os ilumine!

 

ANA DE LA PEÑA FERNÁNDEZ-GARNELO

Directora Global de Rull y Asociados